Vélez Relojeros - Madrid, Madrid

Miguel Angel Boyarizo Ponte

Si buscas una relojería con profesionales de verdad, este es el sitio. Tanto Alberto como su padre conocen el oficio y te asesorarán adecuadamente. Para cambiar una pila cualquier sitio puede valer, pero si tienes un buen reloj y quieres que lo toquen buenas manos, entra.

Carla Pérez

He llevado un collar y aún no siendo su oficio me lo desenredó sin problema y sin querer cobrarme nada! Una persona muy amable y muy agradable, recomiendo!!!

Mariana F.

He acudido a esta relojería a pedir que me hicieran un agujero en la correa de un reloj y me han atendido muy amablemente y sin cobrarme nada. Les estoy muy agradecida y me quedo con su referencia, de cara al futuro.

Mar Yanguas González

Pasé casualmente por la puerta y sin mucha esperanza entré a preguntar por la posibilidad de una reparación rápida. Me tropecé con una persona amable, dispuesta y con ganas de ayudar, que en poco más de un minuto y sin ni siquiera querer cobrar por su trabajo, me dio una solución inmediata. Inmensamente agradecida.
Volveré y lo recomendaré.

Darío Molera Guerra

Llevé mi Duward de pulsera, de más de 60 años de antigüedad, al que tengo un enorme cariño, herencia familiar, porque se le cayeron por un accidente la tija y la corona, (con lo que se quedó inservible) y además de darme un presupuesto súper ajustado, me lo arreglaron en 4 días y ha quedado perfecto. Alberto es un crack, como persona y no digamos ya como profesional, súper amable y entregado al cliente, te explica todo con un detalle y un cariño que da gusto. Además, lo tuve que volver a llevar para un reajuste y me lo hicieron sin dudarlo, te dan una garantía inmejorable en cualquier reparación y además tuve la suerte y el honor, de que me lo arreglara el Sr. Vélez, padre de Alberto, y que mi reloj haya pasado por sus manos, le da aún más valor, es para mí un honor que uno de los mejores relojeros de España, haya tenido mi reloj en las manos. No puedo decir más. Gracias y no dudéis en llevar vuestro reloj a este maravilloso lugar, no puede estar en mejores manos.

susana vela valldecabres

Llevo un reloj antiguo de mi madre para preguntar si podrían arreglar el cierre de la pulsera.
No sólo me lo arregla él mismo en el momento sino que no me cobra nada. Profesional y generoso.
Muchas gracias.

JT

CUIDADO

He acudido para ver si me hacían el favor de cambiarme una pila del reloj. Yo ya tenía recambio, pero como es lógico me han respondido que sólo instalan pilas propias, así que he aceptado porque lo entiendo. Entonces ha salido con una milonga de que no era por embolsarse el precio de una pila sino por la mano de obra, ya que tenían que quedarse el reloj para hacerle “una prueba de estanqueidad”. En el propio mostrador tienen un cartel que reza que hacen reparaciones en el acto, entre ellas, la sustitución de pilas. Además, las veces anteriores que me han cambiado la pila en otras relojerías lo han hecho al momento. Por lo tanto, me he despedido allí mismo porque se adivinaba que estaba a punto de ser timado con una prueba que no era necesaria y en contra de lo que dice un cartel en su mostrador.

Andrés Pieschacón

Aunque he cultivado una devoción inquebrantable por los relojes mecánicos, tanto de cuerda como automáticos, durante más de dos décadas, y tras haber inmerso mi intelecto en los rigores de la ingeniería mecánica y la física en pos de comprender la gloriosa mecánica que subyace en el arte relojero, jamás me había tropezado con un artesano de tan desagradable disposición, renuente a desplegar su oficio. Si la voluntad de trabajar o el deseo de ejecutar su labor es escasa, ¿por qué no expresarlo con franqueza, sin recurrir a excusas superficiales y pueriles? Aquellos que no valoran la precisión y la meticulosidad inherente a la maquinaria deberían replantearse su elección profesional, quizás optando por el campo de la administración, donde la exactitud no sea una prioridad. Aunque la tienda de relojería pueda ostentar una estética encantadora y una conservación impecable, su servicio al cliente se revela como mezquino y desprovisto de consideración.